DURANTE ESTA SEMANA TRABAJE LA CONTINUIDAD DE LAS DIFERENTES TEMAS YA QUE ARAIZ DE LOS ENSAYOS PARA LA ANTIOQUEÑIDAD ESTABA TARAZADA EN ESTOS TEMAS
MATEMÁTICA
SOCIALES
ANTIOQUEÑIDAD
Existe la antioqueñidad? ¿Hay una raza antioqueña? La conmemoración del bicentenario de la independencia de Antioquia ha sido un motivo histórico para diversas reflexiones acerca de lo que es y ha sido el antioqueño, visto, por ejemplo, por el visitador Mon y Velarde como perezoso, según los intereses que el hispano tenía frente a la Corona, y luego como un paradigma del trabajo y la pujanza.
¿Hay solo un antioqueño, aquel que estereotiparon como blanco, emprendedor, tradicionalista, jugador? Después de la declaración de independencia del 11 de agosto de 1813, surgieron representaciones de la pertenencia a una presunta raza, superior, diferente a las del resto del territorio nacional, en una suerte de propaganda “eugenésica” promovida por las élites y que si bien condujeron a proporcionar elementos identitarios, a su vez sentaron bases para un discurso segregacionista.
Ser antioqueño posiblemente también sea un acto de fe, y más en estos breñales en los que hubo interesantísimas mezclas de rezanderías, juegos de azar, actos mágicos con monicongos y toda suerte de simbiosis entre lo negro, lo indio y lo blanco. Sin embargo, durante muchos años (tal vez todavía continúe), se impuso una tendencia de superioridad del “blanco”, en particular si pertenecía a las élites y si su presunta blancura estaba respaldada con oro. No faltaron blanqueamientos forzados y compra de títulos nobiliarios para demostrar que no había contaminaciones judías y moras, y menos indias y negras.
Las élites, conectadas con la minería, el comercio, la caficultura, el modelo empresarial antioqueño, fomentaron además discriminaciones frente a los pobres, que carecían de buen tono, olían mal, se perdían en los vicios; y se erigieron como las poseedores del “buen gusto”, que pasaba por los raseros franceses, el esnobismo y la copia de lo europeo. Los valores bursátiles y todas las plusvalías eran parte de esa cultura de escogidos por la fortuna.
Y dónde quedaba entonces el aporte del barequero, del recolector, del obrero que emerge con el siglo XX, de las prostitutas (que abundaron sobre todo en Medellín en la primera mitad del siglo pasado), de los arrieros y colonos; de los albañiles y forjadores de hierro; de los que abrieron las selvas de Urabá; de los que tendieron los durmientes y tiraron líneas férreas. Una cultura es una complejidad y, en el caso antioqueño, una diversidad de maravillas, venero para todas las interpretaciones y búsquedas.
RELIGIÓN
LA PARÁBOLA DEL SEMBRADO
La parábola del sembrador es una de las parábolasde Jesús encontrada en los tres Evangelios sinópticos, Mateo 13:1-9, Marcos 4:1-9 y Lucas 8:4-8, además en el evangelio apócrifo de Tomás (9). El texto de la parábola según el evangelio de Marcos es el siguiente: Aquel día salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar.
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